Llueve sobre mojado. “Hay que controlar a la Inspección de Educación, para dominar fácilmente al Sistema Educativo”. La obsesión del Marxismo y del Comunismo por la Educación está plenamente justificada en su ADN. Teniendo el dominio de la Educación tienen la llave del poder. La forma más sencilla de conseguirlo es tener a la Inspección Educativa a su entera disposición. Los redactores de la llamada Ley Celaá lo tienen muy claro. En nuestra querida España necesitan dominar dos ámbitos aparentemente muy diversos, pero con el mismo objetivo: el primero, el Servicio de la Inspección de Educación, con Inspectores elegidos a imagen y semejanza, valorando sólo cualidades compatibles con el sistema. El segundo, otro ámbito de vital importancia, para asegurar el éxito irreversible en el futuro: se hacen cargo de la Educación de la infancia, la adolescencia y la juventud, desde el nacimiento hasta los 18 años, “liberando a la familia de esa carga”. Así lo expresó de forma explícita públicamente una señora perteneciente a uno de estos grupos totalitarios: “Las mujeres paren a los hijos y los entregan al Estado para que los eduque”.
La “pobre” Educación está mareada de tanta manipulación. La extensísima redacción de la LOMLOE CON 195 PÁGINAS ha superado con creces, a las más amplias de toda la historia. Frente a ella está su predecesora la LOMCE con 64 páginas y la LOGSE con 40. Tiene también en su abultado vientre la propuesta de escolarizar en la Escuela Pública a todos los recién nacidos, desde cero (0) años. “Quizá sea porque la Familia no lo hace bien”.
Los amores por la Inspección de Educación vienen de lejos y con bastantes pretendientes. Los marxistas del PSOE no saben caminar por el Sistema Educativo si no es con una Inspección sumisa, de avanzadilla.
Vamos a retroceder unas décadas, dejando unas ideas claras para conocimiento de los ciudadanos en general. No va dirigido a los colegas Inspectores que se lo saben muy bien. Por qué ese interés de los poderes públicos, no democráticos, por las Inspecciones de cualquier sector, muy especialmente por la Inspección de Educación.
En la década anterior de los años sesenta, se habían creado numerosos Colegios Públicos y Privados en condiciones muy deficitarias de espacios, en pisos, locales comerciales, etc., para dar respuesta al cumplimiento del derecho a la Educación. Hasta el año 1962 los salarios del Profesorado y de la Inspección eran muy bajos. En ese año se crearon 5.000 plazas de Maestros, cubiertas por Oposición y se duplicó el salario a partir de enero 1963. En la Inspección se aumentó considerablemente la plantilla de Inspectores en 616 plazas. El salario subió de 25.000 pesetas a 40.200 pesetas. Unos y otros se incorporaron en el Curso Escolar 1963-64. C Véase BOE 5380 30 marzo 1963).
En ese mismo año se creaba la “CAMPAÑA NACIONAL DE ALFABETIZACIÓN”. La puesta en marcha, la formación y orientación del profesorado de la Campaña de Alfabetización recayó igualmente en el Servicio de Inspección.
La Ley General de Educación de 1970 marcó un antes y un después, en el desarrollo de la Educación, sin solución de continuidad. Es la única Ley que permaneció en vigor, cumpliendo sus funciones total o parcialmente durante 30 años, hasta el año 2.000. Tuvo también el honor de profesionalizar la Inspección educativa. Asumió funciones y competencias, tanto para poner en orden la diversidad de situaciones de los Centros Educativos, como para implantar el nuevo sistema acorde con los países europeos más avanzados. La Inspección Técnica de Educación inicia en 1970 sus años de oro, que apenas duraron 14 años. Tenía responsabilidad y autonomía profesional, siendo considerada oficial y jurídicamente “autoridad pública”. Leyes, Decretos y Órdenes Ministeriales, eran consultadas a los Inspectores Jefes de todas las Plantillas de Inspección de España. Eran convocados a Madrid por la Dirección General de Educación, previamente al Informe del Consejo Nacional de Educación y su correspondiente aprobación por el Consejo de Ministros. Se evitaba por completo la politización de la Educación. En los últimos años de gloria de la Inspección, algunos tuvimos un Carnet público en el que nos definía como: “Garantes de los derechos de la Educación del alumnado, del Profesorado y de las Familias incluso frente al Estado”. Incluso, en la localización y adecuación de las construcciones escolares, era preceptivo el informe favorable de la Inspección.
Un hecho desconocido, del que doy información por primera vez, valida y da fe del peso y el valor cualitativo de la Inspección en el Sistema Educativo y en la incipiente Democracia. Describo la situación tal como sucedió. En 1979, un equipo de cuatro personas, incluyendo al Director General de Educación, trabajando en el Ministerio de Educación y Ciencia. Se elaboraba el documento oficial de transferencias de Educación Permanente de Adultos, Educación Especial y Educación a Distancia, en todos los niveles, para la Comunidad Autónoma de Cataluña. Al llegar el Ministro de Educación del Palacio de la Moncloa, el Director General se levantó para recibirlo. Oímos al Ministro, con voz muy alta y claramente contrariado. A la media hora regresó el Director General manifestando la tensión que tenía el Ministro y las palabras duras con las que lo manifestaba.
La causa de esa discrepancia no era baladí. Estaba ya prácticamente cerrada la documentación de las trasferencias, para firmar al día siguiente, con un representante del Gobierno de Cataluña, Padre o “Padrastro” de la Constitución. Inesperadamente presentó una nueva exigencia o más bien un “órdago”, a Adolfo Suárez. Ante la negativa del Presidente, el “órdago” se transformó en un chantaje. Manifestó que: “Si no se transfiere la Inspección de Educación no se firman el resto de las transferencias”. Evidentemente lo consiguió.
Este mismo personaje, apoyado por otros de Comunidades con objetivos idénticos, consiguieron introducir en la Constitución, una palabra equívoca. Por convencimiento de los demás “PADRES CONSTITUYENTES”, por aburrimiento o haciendo que miraran a otra parte, la palabra se incluyó. Esa pequeña digresión, después de muchos años, tiene sus consecuencias en la misma Ley Celaá. Se empeñaron, no por casualidad, en que en España se hablaba el “Castellano”. Bien sabemos todos que no hablamos con el leguaje del “MÍO CID”. El Castellano fue la lengua de Castilla, de nuestros antepasados, y la raíz y la base del ESPAÑOL, no es una lengua “regional” de Castilla. La lengua de Castilla es el idioma español, segunda lengua más hablada en el mundo. La doble y retorcida intención, si la Constitución destacaba la lengua de una Región, abría la puerta, para que las lenguas de otras regiones no se sintieran discriminadas y reclamaran el mismo derecho.
El español, desde hace siglos, se ha enriquecido y se sigue enriqueciendo con palabras de otras lenguas. Las primeras colaboradoras han sido las demás lenguas españolas. Pedro J. Pérez en ACTUALL enumera una serie de ejemplos: urraca, alud, boina, zurrón, órdago, cencerro, mochila, pizarra y muchos más casos que omito del vascuence; chubasco, botafumeiro, morriña, grelo, vigía, sarao, vieira, etcétera, del gallego; banderola, pantalla, barraca, clavellina, esquirol, dátil, mercería, y un buen puñado más de palabras del catalán.
También ha ocurrido en sentido inverso, con las lenguas españolas y con otras lenguas extranjeras. El español tiene una enorme ventaja: su sencillez y su claridad. Escribimos lo que pronunciamos y pronunciamos lo que escribimos, “con el buen hablar y la buena pronunciación, excepto la Ñ”. El español tiene cinco vocales y cinco sonidos. El inglés, con cinco vocales, llega a tener 14 sonidos.
Algo semejante ocurre con el Francés y el Alemán.
Evidentemente el español es una lengua regional, nacional, internacional y universal. AQUÍ ESTÁ EL EJEMPLO: Colegios Chinos hablando español
VID-20201126-WAOOO1.mp4
Tuve la oportunidad, durante la década de los años setenta de conocer el funcionamiento del Servicio de Inspección educativa en varios países de Europa. Destaco la Inspección de Educación de Su Real Majestad Británica de la que conocí personalmente su funcionamiento y su independencia profesional. En aquellos años la Inspección Educativa española no tenía nada que envidiar a la Inspección Británica.
Creo necesario señalar brevemente algunos hechos trascendentes sociales y políticos, para marcar el contexto en el que se dieron ciertos acontecimientos, que marcarían el futuro. A poco más de dos años de aprobarse la Constitución Democrática, se produjo el intento del “Golpe de Estado” de 23 de febrero de 1981 creando una situación de inestabilidad inesperada en España, en todos los ámbitos de la vida social y política. Se inicia un proceso de cambio jamás soñado. La continuidad del Gobierno de la transición, de la armonía y del estilo de gobernar se desmoronó irremediablemente. La elaboración y la aprobación de la Constitución por una mayoría tan aplastante de la ciudadanía, no se podía poner en peligro. Era evidente que tenía que haber un cambio. El Partido mayoritario en la Oposición era el Partido Socialista de Felipe González y Alfonso Guerra. Eliminaron la ideología Marxista tradicional del PSOE desde su fundación, de la mano siempre de Partido comunista, con muchísimas más sombras que luces. Cometieron, sin embargo, un grave error al no crear un nuevo Partido, que se podría llamar “Partido Social Demócrata Español” (PSDE). Con las mismas siglas PSOE, se convocaron elecciones anticipadas, Octubre de 1982. Las ganó el PSOE, con una mayoría absoluta inesperada de 202 Escaños, en su mayor parte de votantes no socialistas.
Desde el primer día de Gobierno, entraron a tropel Marxistas y Comunistas y la Socialdemocracia sin estrenar, quedó en minoría, fue eclipsada y anulada. Volvieron a los últimos años de la República, politizando todo la habido y por haber, como si por medio no hubiera ocurrido nada. El compromiso de Isidoro (Felipe) y Jesús (Alfonso), en SURESNES, apadrinados por los más insignes SOCIAL DMÓCRATAS DE EUROPA, se lo llevó el viento.
La Politización de la Educación, de hecho, fue el primer paso que dieron los Socio Comunistas, desde el año 1983, incluso sin esperar al cambio legislativo. Con la Ley 30/1984, de 2 de agosto, “desaparecen” las Inspecciones de Educación de los distintos niveles educativos. En su Disposición Adicional decimoquinta se crea el CISAE, integrando en él los tres Cuerpos de Inspectores de Educación Básica, de Bachillerato y de Inspectores Técnicos de Formación Profesional, creados por la Ley General de Educación de 1970. Se mantuvieron los mismos profesionales en ejercicio. Quedaron suprimidas no sólo las vacantes existentes de ese momento, sino las que se puedan producir en el futuro. La Inspección Educativa, Profesional e Independiente, creada por la LGE, pasó a mejor vida.
Póngase el lector en la tesitura de un Inspector Jefe el día uno de septiembre de 1984. A las 9 de la mañana se presentan dos Profesores en su despacho, suponiendo que iban, como era frecuente a realizar alguna pregunta o a hacer una propuesta. Error superlativo del jefe. Iban a presentarse como los dos nuevos Inspectores de Educación. Habían sido nombrados verbalmente por el Director Provincial de Educación, dijeron, en cumplimiento de la Ley que había sido aprobada 29 días antes. El Inspector jefe no tenía conocimiento previo. Era de esperar que se cubrieran provisionalmente por dos Inspectores, de otras Provincias hasta que saliera el Concurso de Traslados. Hasta ese día los Inspectores se nombraban por el Ministerio de Educación a través dl Boletín Oficial del Estado.
Ellos ya sabían que el Concurso de Traslados se había eliminado, las vacantes se amortizaban y se cubrían por méritos valorados, en este caso, por el Director Provincial. Al mismo tiempo, informaban al Jefe de Inspección de sus nuevas obligaciones. Informarles, orientarlos, señalarles actividades a realizar, como Inspectores, durante el mes de septiembre, periodo único de prácticas obligatorias. Al final del mes, tenía que hacerles un informe preceptivo de su trabajo para su nombramiento definitivo. Es necesario señalar que durante el mes de septiembre había actividad limitada en Prescolar y EGB y prácticamente nula en Bachillerato y Formación Profesional. ¡¡IMPOSIBLE HACER PRÁCTICAS EN LOS CENTROS EDUCATIVOS!! El Inspector Jefe estaba obligado a proponer las prácticas a realizar, a supervisar su cumplimiento más o menos satisfactorio y a elaborar el Informe preceptivo al finalizar el mes.
No queda aquí lo más denigrante. Hacia la mitad del mes de septiembre, el Director Provincial, exige al Inspector Jefe, que le presente ya el Informe. Cargado de dignidad, el Jefe le contestó que no le entregaría el Informe hasta el día 30, final del mes. Por esa negativa al SUPERIOR hubo consecuencias.
Dentro de la Educación, la Inspección Técnica de Educación, Profesional e independiente, a la que se accedía mediante una Oposición “muy competida” fue la primera víctima. La segunda víctima fue la eliminación de las Direcciones de los Centros Educativos, de EGB y de los Institutos. A ellos se accedía igualmente, mediante cursos de formación en dirección de Centros, unas condiciones previas de formación general y una dura Oposición. De nada sirvieron las protestas, las reivindicaciones, huelgas puntuales, etc. La tensión y el descontento fue aumentando hasta llegar a las mayores huelgas de la Educación que han existido en los últimos 50 años. El seguimiento de la huelga diaria, durante varias semanas, estaba entre el 85% y el 95% del Profesorado y de la Inspección. Es la única vez que obligó a dimitir a un Ministro de Educación José María Maravall.
Desde la entrada del PSOE al Gobierno, la Inspección Educativa empezó una carrera de obstáculos, sin saber, en cada momento, cual iba a ser el paso siguiente. Desapareció la Oposición para el acceso, se iniciaron los nombramientos “a dedo”,
Para que quede más claro, no nos lleven a engaño y se llamen a las cosas por su nombre, la “elección”, que no “oposición”, quedaría así:
LOMLOE: Disposición Adicional 12ªb) a propuesta de ERC, UP y GPS, que dice:
La fase de oposición consistirá en la valoración de la capacidad de liderazgo pedagógico y la evaluación de las competencias propias de la función inspectora de los aspirantes, así como los conocimientos pedagógicos de administración y legislación educativa para el desempeño de la misma. (Utilizan capciosamente la palabra Oposición).
La Inspección de Educación debe ser la garante de los derechos de la Educación. El acceso por oposición asegura la independencia personal y profesional y la formación adecuada para el cumplimiento de sus funciones, libre de la intervención externa y de la mediación de los Poderes Políticos. La dispersión en las Comunidades Autónomas, con diferentes normativas, impide que el Sistema Educativo Español esté en el nivel que le correspondería. Esta evidencia aparece periódicamente en la Evaluación del Programa PISA. No existe un Cuerpo de Inspección Educativa Nacional, que asegure la unidad de acción, de interpretación y de defensa, en igualdad, de los derechos educativos del alumnado, del profesorado y de las familias. La dispersión es de tal envergadura y discriminación, que nadie, en su sano juicio, puede entender en una Nación milenaria. La senda de autodestrucción está marcada. Es imprescindible plantarse, para recuperar la sensatez y el sentido común. No me diga el lector que SÍ hay en España una Inspección Educativa Nacional, la ALTA INSPECCIÓN. No voy a decir ni una sola palabra sobre ella, me sólo diré que me da pena y vergüenza.
Sólo queda el vínculo del Sindicato USÍE, que aglutina a todos los Inspectores, tanto en el aspecto personal, como profesional, hasta donde le es posible. Es la única fuerza que defiende los intereses de la Educación en España. Gracias USÍE y a su Ejecutiva nacional.
(En este momento, escribiendo este artículo, me entra al ordenador un mensaje, que hace valer mi relato anterior. OKDIARIO, con el siguiente texto: “EL PSOE aplaude a los “valientes y patriotas” diputados de Otegi y Junqueras por votar los presupuestos”). Con este paso del Marxista Señor Sánchez no hay ninguna duda. El PSOE está en caída libre sin solución. La segunda fase de su truculenta historia se inició hace más de treinta y ocho años. Empezó todo el proceso de autodestrucción, que termina el PSOE de hoy, para morir, a partir de ahora, cubierto de maldición e ignominia. Me siento culpable. Luché para que entraran los de SURESNES y los voté durante 10 años. (Hice bien al principio, por su renuncia al Marxismo, pero hice mal durante una década).
Noé de la Cruz Moreno www.valoresuniversales.es